martes, 21 de julio de 2009

carta abierta a los cuidadanos de buena voluntad

Ciudadanos que de buena voluntad han pensado que el porvenir de nuestra patria dependía de profundizar un diálogo basado en el respeto a una renta inescrupulosa de grupos que lograron su poder en la ilegítima apropiación de tierras en el siglo XIX, o que beneficiados por una ley de radiodifusión redactada en la última dictadura, hoy nos secuestraron gran parte de la información que recibimos mostrándonos fragmentos que sólo sirven a sus espurios intereses políticos y económicos.

Hoy, queríamos plantarles lo que para nosotros es el principal problema nacional, que nos ha llevado a esta situación de extremada debilidad institucional, capaz de dejarnos en las puertas de una invasión violenta de la crisis internacional, por estos días medianamente controlada. El problema de un gobierno que, luego de diciembre, no tendrá poder parlamentario para introducir medidas a la altura de las necesidades de todos los argentinos, y con una derecha mercenaria que aspira a provocar un vacío para luego, de la mano de Cleto Cobos, implementar un plan de ajuste donde solo el 5% de la población sobreviva a costa de cierre masivos de fabricas y pequeños comercios.

Asistimos a una dictadura del mercado, por el cual un puñado de empresas con intereses en el negocio sojero planean un modelo de país sostenido en la producción de soja, cuyo cultivo en los campos argentinos reduce las posibilidades de dar trabajo, avanza sobre alimentos indispensables para el consumo interno y desparramando cáncer o enfermedades epidérmicas por los productos químicos (agrotóxicos) que mejoran su rentabilidad.

Llamamos a los ciudadanos y ciudadanas de buena voluntad que analizando correctamente ciertas contradicciones de este gobierno (ferrocarriles y tren bala,) han confundido su voto, que en lugar de fortalecer lo hecho (nacionalizar jubilaciones, recuperar renta agraria, unidad con los hermanos latinoamericanos) ha dejado en bandeja la posibilidad de un revanchismo social para los verdaderos responsables de nuestras malarias: los grupos concentrados de poder económico, aquellos que se enriquecen a costa del sufrimiento del pueblo y sus trabajadores.

Llamamos a una AUTOCRITICA MUTUA que construya un puente en el campo popular y que como mensaje sea transmitido de vecino a vecino, en las fábricas, los sindicatos, colegios y facultades para avanzar así en la formación DE UNA COORDINADORA DE DEFENSA DEL PROYECTO NACIONAL Y POPULAR para lograr que un conjunto de rebeldías individuales que solo pueden entorpecer una idea dominante se transformen en una organización que sostenga el proyecto de justicia social, soberanía política e independencia económica.

Darío Arguello, Coordinador General del MUP Capital